Año 17, Vol. 12, número 22, enero– junio 2022

 

eISSN: 2594­2786


Sección: Ciencias Sociales

Recibido: Enero 2022

Aceptado: Mayo 2022

DOI: 10.52191/rdojs.2022.227 Págs. 46 67


 

Influencia de los espacios públicos deteriorados en la percepción de inseguridad en el polígono “La Joya” Tamaulipas, México

Influence of deteriorated public spaces on the perception of insecurity in the "La Joya" polygon,


Tamaulipas, Mexico.

 

 

Roly Javier Gutarra Romero* y Víctor Daniel Jurado Flores**

 

RESUMEN

 

La percepción de inseguridad es un problema social que impacta negativamente en la convivencia ciudadana, pues redu- ce la calidad de vida de las personas y modifica su comportamiento, en lo que a uso de espacios públicos se refiere. Esta investigación se desarrolló en el polígono La joya, Reynosa (Tamaulipas - México) Para esto, se analizó la correlación entre espacios públicos deteriorados con percepción de inseguridad. Los resultados muestran una correlación positiva, no obstante, los niveles de asociación son estadísticamente poco significativos, por tanto, se explica -tangencialmente- la percepción de inseguridad a través de los espacios públicos deteriorados, pero no es determinante en la modificación del comportamiento en torno a dicha problemática.

 

PALABRAS CLAVE: Percepción de inseguridad, espacios públicos, incivilidades, desorden físico.

 

ABSTRACT

 

Insecurity perception is a social problem that has a negative influence on citizen´s relationships, ever since it reduces people's quality of life and modifies their behavior, in terms of public spaces usage. This research was carried out in “La Joya polygon” which is a geographic area in Tamaulipas-México. So, the study implied the correlation analysis between dilapidated public spaces and insecurity perception. Results show a positive correlationship, however, association levels are statistically irrelevant, therefore insecurity perception is tangentially explained through dilapidated public spaces, even though it is not a determining factor in behavioral modification as part of the main public problem.

 

KEY WORDS: Insecurity perception, public spaces, incivilities, physical disorder


* Especialista en Prospectiva y Vigilancia Tecnológica de CONCYTEC. Contacto: roly.gutarra@gmail.com

** Profesor investigador de El Colegio de Tamaulipas. Contacto: v.jurado.flores@gmail.com


 

 

 

Introducción

 

La percepción de inseguridad es un problema social que influye de manera directa en la dinámica económica, social, familiar e individual de un espacio geográfico, esta situación ha generado que el Estado y científicos sociales presten más atención al fenómeno.

 

Este problema puede estratificarse a nivel nacional, estatal, municipal y local; sin embargo, la información disponible abarca hasta el ámbito municipal, es decir, los datos del nivel local son es- casos o inexistentes. Por tal motivo y como parte de una política para la disminución de la percep- ción de inseguridad, en el año 2013 México creó el Programa Nacional de Prevención del Delito (en adelante PRONAPRED), cuya finalidad era reducir los índices de violencia mediante la prevención situacional del delito, al tiempo que se coadyuvaba en la disminución de la percepción de inseguri- dad.

 

Asimismo, el PRONAPRED al encuadrarse en la estrategia de prevención situacional del deli- to, busca reducir las oportunidades de comisión de este, mediante el mejoramiento de los espacios públicos, bajo el entendido de que el deterioro progresivo de estos, aunado al descuido constante de parte de las autoridades contribuyen a generar espacios vulnerables y con ello incrementar la percepción de inseguridad (Clarke, 1995; Rau, 2007; Álvarez, 2015).

 

Bajo esta tesitura, y dado que se trata de un problema social que reduce la calidad de vida de las personas y modifica su comportamiento habitual en el ámbito individual, familiar, social y econó- mico (Hale, 1998; Vilalta, 2010; Triana, 2017), resulta relevante conocer por qué y dónde perciben inseguridad los habitantes del polígono. Además de ello, debido a que una elevada percepción de inseguridad influye directamente en el bienestar y calidad de vida de las personas, al aumentar su nivel de insatisfacción e infelicidad (Hale, 1998; Vilalta, 2010; Romero, 2014; Triana, 2017).

 


Es necesario puntualizar que, los elementos fundamentales que dieron lugar a la elección del polí- gono “La joya” como objeto de análisis para este estudio fueron: sus antecedentes en tasas de vio- lencia y delincuencia; su condición de Zona de Atención Prioritaria (ZAP)1 ; su dinámica social, prin-

1  Precisamente, a fin de definir las acciones institucionales necesarias para atender las problemáticas de las ZAP, el Programa Nacional de Prevención del Delito 2018, determinó como necesario, el levantamiento de un diagnóstico que diera cuenta de las principales nece- sidades que ayudarán a trazar las estrategias y líneas de acción de su intervención, lo que incluía al municipio de Reynosa. En ese sen- tido, se establecieron preliminarmente tres polígonos en el que se incluía el Polígono La Joya.


 

 

cipalmente la incidencia de sus factores de riesgo en la percepción de inseguridad de sus habitan-

tes; su ubicación geográfica y; la posibilidad de obtener información generada por los ejecutores del PRONAPRED en Reynosa durante el año 2018.

 

La percepción de inseguridad origina que los ciudadanos dejen de asistir a lugares de esparci- miento (parques, centros recreativos, explanadas, calles peatonales, entre otras) y se replieguen en sus casas, limitando las posibilidades de generar y fortalecer la cohesión social entre los miembros de la comunidad (Jasso, 2015). Consiguientemente, cuando una persona o grupo de personas se sienten inseguras permanecen en sus casas, lo que limita la posibilidad de generar convivencia ciu- dadana y cohesión social, incluso, reduce la vigilancia informal por parte de los vecinos, lo que da cabida a la posible comisión de delitos (Jasso, 2013, p. 16-17).

 

Es necesario precisar que la percepción de inseguridad no se manifiesta solo en personas que han sido víctimas de un delito, pues muchas personas se sienten inseguras sin antes haber sido víc- timas de la delincuencia o a pesar de que las probabilidades de ocurrencia de un delito no sean sig- nificativas (Jasso, 2013; Stanko, 1995).

 

Por tal motivo, diversos países2 -incluido México- han diseñado encuestas con el objetivo de obtener información de corte cualitativo y cuantitativo respecto a la percepción de inseguridad y los impactos que esta produce en la sociedad. De ahí que, se han diseñado encuestas como la Encues- ta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), y la Encuesta Nacio- nal de Seguridad Pública Urbana (ENSU).

 

Acerca de la información que contiene la ENVIPE 2019, conviene señalar algunas cifras que dan cuenta del estado en el que las personas perciben su entorno. En ella se muestra que a nivel nacional 67.2% de la población de 18 años y más considera la inseguridad como el problema más importante, 2.7% más respecto al año 2018. Los demás inconvenientes son desempleo 32.8%, au- mento de precios 28.1%, salud 27.6%, entre otros. Asimismo, en esta encuesta se precisa que del año 2013 al 2019 la percepción de inseguridad a nivel estatal ha ido en aumento pues la cifra pasó

 

 

2  Algunas encuestas sobre victimización y percepción de inseguridad se detallan a continuación: Encuesta de actitudes sociales en los británicos,

Encuesta del delito en Inglaterra y Gales,

Encuesta nacional de victimización del Departamento de Educación de Estados Unidos, entre otros.


 

 

de 72.3% a 78.9%, a nivel municipal de 63.0% a 70.5% y a nivel de colonia lo hizo de 44.0% a 50.6%.

 

En el caso particular de Tamaulipas, la ENVIPE 2019 determinó que 69.6% de la población de 18 años y más considera que la inseguridad es el problema más importante que aqueja a la entidad (2.4% superior al porcentaje nacional), seguido del desempleo con 36.8% y el aumento de precios con 31.6%. Asimismo, la encuesta estima que desde 2011 a 2019 la percepción de inseguridad en la entidad federativa prácticamente se mantiene en 83%; no así en el ámbito municipal, el cual dis- minuyó de 73.8% a 66.6%, contrariamente a nivel de colonia o localidad aumentó de 37.2% a

42.9%.

 

Por otro lado, según la ENSU 2019, 73.2% de la población de 18 y más considera que vivir en su ciudad es inseguro. Este indicador se consolida después de que en 2014 dicho fenómeno fuera percibido por 69.4% de la población, en 2015 por 68.2%, en 2016 por 71.5%, en 2017 por 74.9% y en 2018 por 75.3%, lo que quiere decir que, de 2015 a 2019 hubo un crecimiento de la percepción de inseguridad a nivel de ciudad.

 

De igual manera la encuesta ENSU 2019 precisó que la percepción de inseguridad en la po- blación de 18 años y más ascendió a 77.4% en Nuevo Laredo y a 87.6% en Reynosa, ambos muni- cipios pertenecientes al estado de Tamaulipas. En el caso de Reynosa el porcentaje superó la me- dia estatal de 83%.

 

Estos datos denotan que la percepción de inseguridad se ha convertido en un problema social que afecta a un gran número de personas, por lo que debiera ser investigado y analizado con mayor detenimiento a fin de encontrar las posibles causas que le dan origen, así como las correlaciones entre éstas. Sin embargo, y pese al esfuerzo del Estado e investigadores sociales, el interés por analizar este problema y sus determinantes en lo general es limitado; así lo señala Vilalta al afirmar que “… en muy pocas ocasiones se han investigado empíricamente los determinantes o correlativos de esta percepción de inseguridad. Hay una grave escasez de estudios empíricos al respec-

to” (2012, p. 5).

 

No obstante, existen algunos esfuerzos por identificar, explicar y medir los factores que ge-

neran percepción de inseguridad. De hecho, Vilalta (2010) propuso una estructura lógica y las bases


 

 

empíricas para el estudio del miedo al crimen, para lo cual realizó una regresión ordinal sobre los resultados de la cuarta encuesta de victimización y eficacia institucional del año 2006. Luego, para 2012, propuso un modelo correlacional que combinaba diferentes determinantes teóricos de la inse- guridad y el miedo al crimen. Los análisis que realizó se centraron a nivel nacional y estatal (Área Metropolitana de la Ciudad de México).

 

En concordancia con lo anterior, Vargas (2010) buscó desarrollar modelos basados en funda- mentos teóricos sobre percepción de inseguridad, satisfacción y cohesión social en los espacios pú- blicos y contrastar tales modelos con datos empíricos de corte cuantitativo y cualitativo. De igual manera, Jasso (2015) realizó un análisis de la percepción de inseguridad en los espacios públicos ubicados al interior de colonias, el estudio parte de un modelo teórico que integra correlativos de or- den individual, familiar y comunitario, y de las teorías de percepción de inseguridad.

 

Respecto al análisis de la percepción de inseguridad a nivel de polígonos, se identificó el estu- dio realizado por Triana (2017), en el que estudia factores asociados a la percepción de inseguridad en habitantes de polígonos geográficos prioritarios en Acapulco, mediante un análisis estadístico de tipo descriptivo y correlacional.

 

Los estudios señalados en los párrafos anteriores se circunscriben al ámbito nacional, estatal y local, empero, puede observarse un vacío de conocimiento respecto a los factores que originan la percepción de inseguridad a nivel de polígonos, por lo que, resulta conveniente buscar la informa- ción en este aspecto. Por lo expuesto y dado el vacío que aún existe sobre los factores que originan la percepción de inseguridad a nivel de polígonos es que surgió el interés particular por investigar cómo se manifiesta este fenómeno en el polígono “La joya”.

 

En apego a ello, Hunter (1978) señala que los símbolos visibles de desorden (edificios abando- nados, grafitis, basura, entre otros), distorsionan la sensación de seguridad y, por tanto, aumentan el miedo al delito. De igual manera Miceli, Roccato y Rosato (2004) reflexionan en torno a los deter- minantes de la percepción de inseguridad en Italia, y concluyen que los mejores predictores de per- cepción de inseguridad son la urbanización y degradación de zonas residenciales (suciedad, daño a la propiedad privada y graffiti). Consecuentemente, estos autores consideran que la calidad de los espacios públicos es determinante para considerar un espacio geográfico inseguro o no.


 

 

En cuanto a Moore y Shepherd (2006) se destaca que realizaron un estudio de corte cuantitati- vo sobre los elementos que generan temor frente al delito, sus correlaciones de variables dieron co- mo resultado asociaciones positivas entre daños a la propiedad, basura ambiental, graffiti y percep- ción de inseguridad. Por su parte, Williamson, T., Ashby, D., & Webber, R. (2006) realizaron una cla- sificación de los barrios para generar políticas de seguridad, en su estudio señalaron que el riesgo de la comisión de delitos varía según los tipos de barrio, de manera que, en barrios con espacios públicos deteriorados el riesgo de ser víctima de un delito y la percepción de inseguridad aumentan.

 

En definitiva, la literatura académica relaciona la percepción de inseguridad con espacios pú- blicos deteriorados, esto genera modificaciones en la dinámica social, económica y familiar de un determinado espacio geográfico. Es así como, una elevada percepción de inseguridad genera que la población evite salir de sus casas y, por tanto, no asista a parques, centros comerciales, bancos, entre otros, afectando así el ciclo económico y; además, el fortalecimiento de la cohesión social, es decir, un elevado nivel de percepción de inseguridad limita que las personas se conozcan y esta- blezcan vínculos sociales y amicales, lo cual genera un deficiente capital social para establecer ac- ciones de control social frente a posibles hechos delictivos. (Moore & Shepherd, 2007; Restrepo, Moreno, & Villegas, 2006; Mora, 2008; Cisneros, 2011; Vilalta, 2012; kessler, 2009; Wilson & Ke-

lling, 1982; Hunter, 1978).

 

El objetivo general de esta investigación fue identificar la correlación entre espacios públicos deteriorados y percepción de inseguridad en los habitantes del polígono La joya (Reynosa, Tamauli- pas).

 

En función de ello, la pregunta de investigación planteada fue: ¿Cuál es la correlación entre espacios públicos deteriorados y percepción de inseguridad en los habitantes del polígono La joya (Reynosa, Tamaulipas)?

 

La hipótesis de la investigación se sustentó en que la percepción de inseguridad se incrementa en la medida que existen más espacios públicos deteriorados (Restrepo, Moreno, & Villegas, 2006; Mora, 2008; Cisneros, 2011; Vilalta, 2012; Kessler, 2009; Ortiz de Urbina & Ponce, 2006).

 

 

El artículo se estructuró en tres secciones. La primera consistió en realizar un acercamiento teórico en torno a la percepción de inseguridad. En la segunda se estructuró la metodología de la


investigación que sirvió de base para el procesamiento de datos. En la tercera se realizó el análisis de resultados.

 

Aproximación teórica en torno a la percepción de inseguridad

 

El entorno físico es un factor que influye en el comportamiento del individuo y la sociedad, pues el diseño de ciudades confortables y seguras garantiza su uso en el tiempo (Vargas, 2010; Llewelyn, 2000). Asimismo, un entorno físico adecuado promueve el civismo y cohesión social de la comuni- dad, así lo refiere Book Lyndhurst “se asume que los espacios públicos correctamente diseñados y con un mantenimiento adecuado fomentan la inclusión social y el civismo, además de contribuir a la cohesión social, mientras que el espacio urbano de baja calidad incita a comportamientos antisocia- les” (citado en Vargas, 2010, p. 8).

 

En efecto, espacios públicos con diseños urbanísticos adecuados y accesibles para todos, de- mocratiza y mejora la calidad de vida de sus habitantes, por el contrario, espacios públicos mal es- tructurados fomentan actos ilícitos, al mismo tiempo, influyen en los niveles de cohesión social. Por tanto, estos actos (contrarios al orden y bienestar social) originan el fenómeno de la percepción de inseguridad. Al respecto Skogan señala que la percepción de inseguridad:

 

Puede estimular y acelerar la decadencia de los barrios y hacer que los individuos se retiren física y psicológicamente de la vida comunitaria. Esto debilita los procesos informales de control so- cial que inhibe la delincuencia y el desorden, las cuales producen una disminución de la vida organi- zativa y la capacidad de movilización de un barrio. También puede contribuir al deterioro de las con- diciones de producción local [traducción propia] (1986, p. 203).

 

Por tanto, este fenómeno genera cambios en las actividades de las personas (no salir de su casa y con ello evita ir a parques, centros recreativos, espacios culturales, entre otros) y las activida- des comunitarias. También, fractura el sentimiento de comunidad y disminuye el involucramiento de la sociedad en actividades comunitarias. Esto origina recesión económica y disminución de la cali- dad de vida de las personas, pues el individuo que no sale por miedo a ser víctima de un delito o por tener la sensación de inseguridad limita sus actividades económicas; es decir, evita ir a restauran-

tes, cines, cafés, teatros, entre otras (Hale, 1996).


 

 

Al respecto, también, es importante precisar que los espacios públicos se convierten en los si- tios donde acontecen usos y costumbres, se fortalecen identidades y el sentido de pertenencia, para tal efecto, es necesario la apropiación de lo público. En ese sentido, Vidal & Pol (2005) señalan que la apropiación del espacio es una manera de entender la generación de vínculos con los lugares, lo cual conlleva a un comportamiento responsable y participativo en dicho entorno.

 

En definitiva, la existencia de espacios públicos adecuados (orden, limpieza, infraestructura, seguridad, entre otros) propicia su uso y consecuente apropiación, lo cual deviene en una mejoría en la actividad social, comportamiento cívico, fortalecimiento del sentido de pertinencia e identidad; elementos necesarios para reducir la percepción de seguridad.

 

Sin embargo, hasta el momento el constructo “percepción de inseguridad” no ha sido definido con claridad y, más aún, está el término miedo al delito, que en algunas ocasiones es utilizado como sinónimo de percepción de inseguridad. Incluso, no existen conceptualizaciones certeras de ambos constructos, lo cual genera confusión teórica y dificultad para operacionalizarlas, esto hace que su medición sea realizado con distintos instrumentos (Hale, 1996; Gabriel & Greve, 2003; Vilalta, 2010; Vozmediano & San Juan, 2010). Por tanto, es necesario precisar las definiciones de ambos cons-

tructos, con el objeto de clarificar el posterior desarrollo conceptual de la presente investigación.

 

Consiguientemente, Serrano & Vázquez (2007) definen ambos constructos, respecto al miedo al delito precisan que hace referencia al temor de los ciudadanos a ser personalmente víctimas de la delincuencia, por otro lado, la percepción de inseguridad se entiende como miedo al crimen abstrac- to, es decir, la inquietud que se genera respecto al delito como problema social. En tanto, Vozme- diano & San Juan (2010) señalan con más precisión que la percepción de inseguridad es un com- pendio de inquietudes generadas en el contexto de una sociedad de riesgo, que incluye no solo la delincuencia tradicional, sino también preocupaciones como el terrorismo, procesos migratorios, cambio climático o seguridad alimentaria.

 

Por tal motivo, según lo señalado en el párrafo anterior, la percepción de inseguridad y el mie- do al delito son fenómenos con un alto grado de componente emocional. En efecto, el miedo al deli- to es una experiencia emocional de temor o inquietud, pues la persona asume que puede ser vícti- ma de un delito. En tanto la percepción de inseguridad hace referencia al conjunto de preocupacio- nes e inquietudes de una persona respecto al delito y su impacto en la sociedad. (Vozmediano &


 

 

San Juan, 2010), cabe precisar que esta será la definición utilizada en la presente investiga- ción. Asimismo, Kessler la define como “la respuesta emocional a la percepción de símbolos relacio- nados al delito” (2009, p. 35).

 

Ahora bien, existen factores que originan la dinámica de la percepción de inseguridad, de acuerdo con investigaciones y propuestas teóricas, estos se clasifican en tres: 1) vulnerabilidad en ciertos grupos o colectivos, 2) relación entre experiencias de delito y percepción de inseguridad, y 3) relación entre ambiente físico y social y percepción de inseguridad (Skogan & Maxfield, 1981; Box, Hale, & Pack, 1987).

 

El primero plantea que existen ciertos grupos o colectivos más vulnerables que otros frente al delito (edad, género, clase social, ingresos económicos, entre otros), por su exposición al riesgo, el daño sufrido o la incapacidad para hacer frente a un ataque; tal es el caso de las mujeres o ancia- nos, pues las consecuencias de ser víctimas de un delito son altos y la probabilidad de hacer frente a ello es mínimo. El segundo plantea la relación entre ser víctima de un delito y percibir situaciones delictivas con la percepción de inseguridad. En efecto, si una persona es víctima de un delito o ac- cede a información de hechos delictivos por medio de noticias, comentarios de amigos y/o familia- res, refuerza su percepción de inseguridad4. El tercer factor enfatiza la relación entre ambiente físico y social, y percepción de inseguridad, es decir, como el diseño de los espacios públicos y su mante- nimiento, así como, la vida comunitaria y vigilancia informal se constituyen como elementos reducto- res de la percepción de inseguridad.

 

En definitiva, se puede señalar que la percepción de inseguridad es multifactorial y cada factor (espacios públicos, cohesión social, confianza, género, edad, entre otros) abona a la percepción de inseguridad del individuo. No obstante, es imperioso determinar qué factores son preponderantes en la percepción de inseguridad de una determinada comunidad, a fin de diseñar políticas públicas y proyectos de intervención certeros que coadyuven a disminuir ese problema público.

 


 

 

 

4 La relación se sustenta en los principios de la teoría ecológica, es así como, el centro de análisis de esta se sustenta en examinar la influencia que tiene el contexto o medio sobre la delincuencia, de ahí que su hipótesis se cimenta en que con independencia de la clase de personas que viven en un espacio territorial, existen formas de organización humana que producen más delincuencia que otras.


 

 

Metodología

 

El enfoque de investigación es de corte cuantitativo no experimental de nivel descriptivo y correla- cional. El modelo teórico propuesto (ver Figura 1), tiene como finalidad identificar la correlación en- tre espacios públicos deteriorados (variable dependiente) y percepción de inseguridad (variable in- dependiente) en el polígono La joya.

 

Figura 1.

Modelo teórico propuesto


 

Fuente: elaboración propia

 

 

 

Las variables son cualitativas de carácter nominal y ordinal, con base a ese tipo de variables y un análisis de bondad de ajuste Chi-cuadrado a los ítems que componen cada variable independien- te5, se determinó usar las pruebas estadísticas no paramétricas. En ese sentido, las pruebas utilizadas fueron: Chi-cuadrado de Pearson, prueba exacta de Fisher, prueba de Cramer y prueba rho de Spearman. La prueba Chi-cuadrado se utilizó con el objetivo de identificar posibles grados de aso- ciación entre los ítems que componen cada variable independiente con la variable dependiente. Pa-


6 La importancia de este proceso radicó en medir las discrepancias entre frecuencias observadas y las frecuencias esperadas por la teo- ría. La ciencia estadística precisa que un conjunto de datos tiene una distribución normal cuando ésta tiene una forma de campana, donde las desviaciones estándar con respecto al promedio establecen valores de referencia para estimar el porcentaje de observaciones de los datos.


 

 

ra esto, se generaron tablas de contingencia de 2x2 (dos renglones por dos columnas), con la finali- dad de comparar las frecuencias observadas (fo) con las frecuencias esperadas (fe) y así establecer una posible relación entre las variables.

 

La prueba exacta de Fisher permitió visualizar si dos variables cualitativas están asociadas, siempre y cuando la muestra a estudiar es pequeña y no cumplen las condiciones necesarias para la aplicación de la prueba Chi-cuadrado. No obstante, es recomendable utilizarlo al mismo tiempo que la Chi-cuadrado, pese a que las observaciones >1000 generan resultados muy parecidos en ambos estadísticos, situación que se generó en esta investigación. Por otro lado, para medir el nivel de relación (fuerza de asociación entre las variables) entre las variables independientes y la depen- diente, se aplicó la prueba de Cramer o Coeficiente V de Cramer, los valores establecidos por la prueba van de 0 a 1, de ahí que, 1 indica asociación perfecta.

 

Instrumento.

 

El instrumento fue diseñado por el PRONAPRED con el objetivo de recabar información sistematiza- da sobre los factores de riesgo, manifestaciones de violencia y percepciones de inseguridad en las zonas de intervención del programa (Secretaria de Gobernación - SEGOB, 2016, pág. 4). Este programa fue coordinado, operado, implementado y evaluado por la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación.

 

El levantamiento de la línea base tuvo diversos objetivos; primero, recopilar información cuanti- tativa para evaluar los resultados de las acciones implementadas en los polígonos de atención prio- ritaria, segundo, establecer la situación actual del escenario en el cual se han implementado los pro- yectos de intervención, servir como punto de comparación de futuras evaluaciones y servir de insu- mo en la toma de decisiones a fin de reformular los procesos de prevención y diseño de acciones (Secretaria de Gobernación - SEGOB, 2016).

 

Para tal efecto, se diseñaron encuestas descriptivas que recopilaron información cuantitativa sobre factores de riesgo, manifestaciones de violencia y percepción de inseguridad del polígono de inter- vención.

 

 

 



 

 

Muestra.

 

El universo de estudio estuvo compuesto por varones y mujeres de 7 a 65 años residentes en el po- lígono La joya6. La muestra sujeta a análisis fue de 371 personas7, la cual proporcionó un nivel de confianza estadística de 95% y un margen de error de +-5%8. El método de selección de encuesta- dos fue probabilístico simple.

 

Los cuestionarios aplicados fueron capturados, codificados y procesados en el programa SPSS en su versión 25.

 

Resultados y discusión

 

Los resultados del análisis descriptivo muestran que los años de residencia es un estadístico impor- tante para determinar de manera empírica el arraigo9 de los encuestados en el polígono y en el mu- nicipio de Reynosa. En ese sentido, los años de residencia de los habitantes del polígono, según la Tabla 1, alcanza una media de 13.62. A nivel municipal los años de residencia alcanza una media de 20.70 (ver Tabla 2), esto muestra que la población en el polígono es más volátil y propensa a cambiar de residencia a diferencia de los habitantes del municipio.


Tabla 1

Años de residencia en el polígono


Tabla 2

Años de residencia en Reynosa


 

 


Fuente: Elaboración propia con in- formación del Levantamiento de la Línea Base del polígono La joya


Fuente: Elaboración propia con in- formación del Levantamiento de la Línea Base del polígono La joya


 

6   El polígono La joya se encuentra conformado por ocho colonias: Esperanza, Independencia, La Joya, Lucio Blanco, Villa Diama nte, Voluntad y trabajo, Villas de Imaq y Villas de la Joya

7  La población total del polígono fue de 10 491, ésta fue establecida el Diagnóstico Integral, 2018 (Tamaulipas-Reynosa) generada por el PRONAPRED en conjunto con el Ayuntamiento de Reynosa.

8  Sin embargo, para el procesamiento de datos se contemplaron solo a las personas mayores de 18 años, los cuales ascendieron a 287. 9 Se debe señalar que, además, de los años de residencia en un lugar, existen otros elementos que en conjunto determinan el arraigo en dicho lugar. Ej. Trabajo, familia, entre otros.


 

 

Por otro lado, el 62% de los encuestados (ver Tabla 3), precisaron que vivir en el polígono es inseguro.

 

El objetivo de asociar años de residencia y percepción de inseguridad se fundamenta en la premisa teórica que relaciona la estabilidad residencial con el sentido de pertenencia a la comuni- dad y cómo este proceso fortalece los vínculos sociales (Brown, Perkins & Brown, 2003; Vargas, 2010; Jasso, 2015). Contrariamente, residir poco tiempo en un vecindario dificulta la posibilidad de conocer a los vecinos y limita el fortalecimiento de la vida social, lo cual genera el aumento de la percepción de inseguridad frente a espacios públicos deteriorados y situaciones desordenadas.

Tabla 3

Percepción de inseguridad en los habitantes del polígono


Fuente: Elaboración propia con información del Levantamiento de la Línea Base y Evaluación complementaria 2018 del polígono La joya.

 

 

Cabe precisar que este contexto genera la necesidad de propiciar una investigación a profun- didad, la cual no es parte de la presente investigación, para conocer y explicar la importancia de la estabilidad residencial y sentido de pertenencia como amortiguadores del desorden social y físico de la comunidad, y así disminuir los niveles de percepción de inseguridad.

Tabla 4

Espacios públicos donde las personas se sienten más inseguros


Fuente: Elaboración propia con información del Levantamiento de la Línea Base y Evaluación complementaria 2018 del polígono La Joya.


 

 

Los habitantes del polígono (ver Tabla 4), mencionaron que se sienten más inseguros en el transporte público (72.1%), calle (70.7%), centro comercial (70.7%), parque o centro recreativo (70.4%) y mercado (69.0%). Esto denota que la percepción de inseguridad se centra en el transpor- te y espacios públicos, es decir, las personas asocian estos lugares como los espacios donde se cometen delitos y actos incívicos, consiguientemente, califican dichos lugares como peligrosos, los cuales refuerzan sus percepciones de inseguridad.

 

Dicha apreciación determina que los espacios públicos deteriorados o poco cuidados enfati- zan la percepción de inseguridad, puesto que, la desorganización física es determinante para tal fe- nómeno (Hunter, 1978; Harcourt & Ludwig, 2005). Además, son relevantes los porcentajes elevados de sensación inseguridad en el centro comercial y el parque o centro recreativo, puesto que, estos deberían considerarse como los espacios naturales de esparcimiento (Jasso, 2015, p. 115). Por consiguiente, las condiciones de los espacios públicos se constituyen como elementos preponde- rantes para determinar la percepción de inseguridad en los habitantes del polígono.

 

Por lo que respecta a las modificaciones en el comportamiento habitual de las personas del polígono frente a una situación de inseguridad, en la Tabla 5 se observa que 36.5% dijo que casi no sale de casa, 19.5% evita salir de noche, 13.4% sale (pero tiene que estar muy alerta), 1.1% sale (pero no carga con algo para protegerse de los demás), 10.1% se une o forma una pandilla que ha- ga respetar frente a otras y 1.4% no ha cambiado sus hábitos.

 

Al respecto, Stanko señala que la percepción de inseguridad se relaciona con lugares donde las personas se sienten indefensas, de ahí que, la asocia con “la preocupación por estar fuera de la casa, probablemente en una zona urbana, solo y potencialmente vulnerable a daños persona- les” (1995, p. 48).

 

Cabe resaltar el porcentaje de personas (10.1%) que afirmaron la necesidad de unirse o for- mar una pandilla para hacerse respetar y así evitar situaciones de inseguridad. Si bien, este resulta- do en particular no es sujeto de análisis de acuerdo con los planteamientos establecidos en la inves- tigación, resulta importante considerar este escenario como una respuesta a los limitados procesos


 

 

de gestión y carencia de capacidades de los tres niveles de gobierno para generar un entorno segu- ro, pues la propia población decide protegerse, así sea realizando acciones contrarias a la ley y el

orden público.

Tabla 5


Modificaciones en el comportamiento habitual frente a una situación de inseguridad

Fuente: Elaboración propia con información del Levantamiento de la Línea Base y Evaluación complementaria 2018 del polígono La joya

 

Ahora bien, la percepción de inseguridad surge de un cumulo de elementos atribuibles a fac- tores tanto del entorno comunitario como de la experiencia de las personas en torno a la comisión de un delito. Sin embargo, el objetivo de la presente investigación se centró en identificar la proba- ble correlación entre espacios públicos deteriorados con percepción de inseguridad, se generó dicha hipótesis, debido a que, la encuesta de donde se obtuvo los datos para generar la asociación mide dicha variable para luego plantear políticas de prevención situacional del delito.

 

En ese sentido, se identificaron un conjunto de ítems que componen la variable independien- te (espacios públicos deteriorados), con la finalidad de correlacionar cada ítem con la variable de- pendiente percepción de inseguridad. Los resultados indicaron (ver Tabla 6) que los ítems: calles y avenidas en buen estado, parques y jardines en buen estado, y centros de entretenimiento para adultos; son los que mantienen una correlación con percepción de inseguridad.


 

 

Cabe precisar que el coeficiente de correlación entre los ítems y la variable dependiente son positivos, es decir, si un ítem tiene un comportamiento creciente, al mismo tiempo, la variable de- pendiente tiene un crecimiento positivo, por tanto, si en el polígono aumentan las calles y avenidas en mal estado, la percepción de inseguridad se incrementará, pues las personas evitarán salir de casa y modificarán sus hábitos de conducta diarios, de igual manera el aumento de parques y jardi- nes en mal estado propiciará el aumento de la percepción de inseguridad.

 

Tabla 6

Ítems de la variable independiente espacios públicos deteriorados que tienen correlación con la varia- ble dependiente percepción de inseguridad

 

 

Ítems de la variable indepen- diente “espacios públicos dete- riorados”

 

Pruebas

 

Variable de-

pendiente

Chi cuadra- do

 

Fisher

 

Cramer

 

Calles y avenidas en buen estado

0.021

0.012

0.02

Percepción de inseguridad

Parques y jardines en buen estado

0.06

0.012

0.06

Centros de entretenimiento para

                                 adultos                                                                                                                                       

0.032

0.036

0.03

Fuente: Elaboración propia con información del Levantamiento de la Línea Base 2018 del polígono La Joya

 

 

Sin embargo, las asociaciones entre los ítems y la variable dependiente son débiles, es decir, son asociaciones no lineales, pues no se ubican próximos al valor uno. Esto quiere decir que, las asociaciones obtenidas del procesamiento de datos no son apropiadas, pues el comportamiento de un ítem se relaciona de manera poco significativa con el comportamiento de la variable dependiente. Estos resultados son consistentes con lo hallado por Walklate (1998), quien afirma que el entorno inmediato refleja solo aspectos superficiales de la percepción de inseguridad. Así como lo reportado por Triana (2017) al indicar que la ubicación geográfica de los polígonos de alta delincuencia y sus espacios públicos muestran una relación estadística débil.

 

En tal sentido, y con las precisiones señaladas en párrafos superiores, se confirma la hipóte- sis la percepción de inseguridad se incrementa a medida que existen más espacios públicos deterio- rados. En este orden de ideas, es necesario precisar que los resultados obtenidos sobre la primera hipótesis se corresponden con lo esbozado por la teoría de las ventas rotas, pues esta afirma que el desorden físico del espacio público da señales de desidia por sus habitantes, de ahí que, si este


 

 

desorden no se controla en un corto tiempo producirá más desorden y atraerá a personas de accio- nar negativo, lo cual -eventualmente- propiciará el crimen. Aunque dicha percepción está asociada a los procesos de interacción social en estos espacios, no solo a la calidad de este (Carro, Valera & Vidal, 2008); es decir, a la cohesión social construida a través del arraigo comunitario (Sillano, Gree- ne, Ortúzar, 2006).

 

Además, según Wilson & Kelling “La propiedad descuidada se convierte en presa fácil de gente que sale a divertirse o a saquear, e incluso de gente que normalmente no soñaría con hacer esas cosas y que probablemente se consideren a sí mismos cumplidores de la ley” (1982, p.3). To- do este panorama a nivel es espacios públicos, según la teoría, producirá el incremento de la per- cepción de inseguridad. Sin embargo, es importante considerar que el desorden físico da señales de que un área es insegura, pero no genera miedo emocional hacia el crimen, lo que, si es dado por el desorden social, el cual esta vinculado al capital social, redes personales y eficacia colectiva, aspec- tos que tienen como base el arraigo comunitario (Hinkle, 2014).

 

No obstante, las pruebas aplicadas al polígono a diferencia de otras investigaciones (Sampson & Groves, 1989; Vargas, 2010; Vilalta, 2010, Jasso, 2015), dan como resultado asocia- ciones estadísticamente poco significativas, es decir, el espacio público deteriorado se constituye como elemento necesario para comprender tangencialmente el origen de la percepción de inseguri- dad en el polígono. Sin embargo, no es determinante en la modificación del comportamiento en torno a dicha problemática (Walklate, 1998; Carro, Valera & Vidal, 2008).

 

Asimismo, los resultados muestran que específicamente para los habitantes del polígono, ítems como alumbrado público, limpieza en las calles, organización en la colonia, convivencia en áreas comunes, mecanismos para solucionar problemas de servicio público, entre otros., no son re- levantes. Esto es consistente con Walklate, quien asevera que la percepción de inseguridad está vinculada a la construcción discursiva de la seguridad, es decir, a la intersubjetividad comunitaria, la cual se fortalece o debilita en función de las interacciones sociales y la eficacia colectiva de la comu- nidad (1998); en tal sentido, no se identifican los mecanismos profundos de la percepción comunita- ria de la inseguridad (Sillano, Greene, Ortúzar, 2006). Consecuentemente, se infiere que en el polí- gono existen otras dimensiones correlacionadas con la percepción de inseguridad, las cuales deben


 

 

ser investigadas con el objetivo de servir de base para un adecuado diseño de políticas públicas de prevención situacional del delito.

Los hallazgos empíricos de la presente investigación generan una discusión en torno a las implicancias o extrapolación de axiomas de la teoría de las ventanas rotas al polígono La joya. Puesto que, con los resultados obtenidos se determina que factores relacionados a espacios públi- cos deteriorados que causan la percepción de inseguridad en ciudadanos norteamericanos no son los mismos respecto a los habitantes del polígono objeto de estudio.

 

Por tanto, se atribuye que la falta de civismo en la comunidad es una respuesta al poco inte- rés por mantener en buen estado los espacios públicos (mismos que más bien se encuentran ya de- teriorados) De manera que, un entorno con estas cualidades invita a la continuidad de conductas incívicas y retrae a las familias y demás habitantes de los puntos de encuentro, dando cada vez más espacio a personas que dañan la infraestructura pública y que están en la posibilidad de cometer delitos.

 

Debido a ello, se enfatiza que, aunque aparentemente los actos incívicos no tienen tanta im- portancia, en realidad, son la antesala de la práctica criminal. Por lo que, deben ser evitados por la propia comunidad mediante su participación en el mantenimiento de su entorno. Por otra parte, se debe considerar que los actos incívicos son una reacción comunitaria negativa en ausencia de ac- ciones de seguridad pública (Sillano, Greene, Ortúzar, 2006), por ejemplo, a través de la conforma- ción de pandillas, las cuales tienen un alto sentido territorial. En el caso del polígono La Joya se ob- servó que, en efecto, la población percibía un entorno deteriorado, peligroso y sucio, además de asegurar que sus conductas habituales habían cambiado, al manifestar que dejaron de salir de pa- seo con la familia, salir de noche, incluso salir a caminar o ir a la escuela, entre otras actividades co- tidianas.

 

Por todo lo expuesto hasta este punto es que el modelo teórico propuesto dentro de esta in- vestigación se valida a la luz de la teoría de las ventanas rotas, donde espacios públicos deteriora- dos fomentan la percepción de inseguridad, aún cuando la asociación de esta variable es estadísti- camente poco significativa, y se constituyen como elemento de comprensión tangencial sobre el ori- gen de la percepción de inseguridad en el polígono estudiado.


 

 

Gracias a ello, se logró determinar que las dimensiones analizadas son necesarias para el entendimiento de este problema social pero que, a fin de fortalecer un adecuado diseño de políticas públicas en materia de prevención situacional del delito se requiere, además, conocer qué otras di- mensiones intervienen en la percepción de inseguridad en la población.

 

Conclusiones

La elección del polígono La joya (Reynosa, Tamaulipas, México) como objeto de estudio se sustentó en sus antecedentes de violencia y delincuencia, factores de riesgo y su calificación como zona de atención prioritaria (ZAP) por la Secretaria de Desarrollo Social Federal. El contexto anterior genera en los habitantes del polígono una sensación de inseguridad que afecta a sus dinámicas diarias en el ámbito económico, social, laboral, entre otros.

 

Para conocer los factores que se relacionan con la percepción de inseguridad en dicho polí- gono se planteó la hipótesis: “la percepción de inseguridad se incrementa a medida que existen más espacios públicos deteriorados”. Con el objetivo de validarla se planteó un modelo teórico sustenta- do en la teoría de las ventanas rotas, asimismo, se utilizó información correspondiente al levanta- miento de la línea base del PRONAPRED aplicado al polígono objeto de estudio.

 

Los resultados obtenidos confirmaron la hipótesis planteada en algunos ítems, en efecto; ca- lles y avenidas en buen estado, parques y jardines en buen estado y centro de entretenimiento para adultos; son los que mantienen correlación con la percepción de inseguridad. Dichas correlaciones no fueron significativas, de ahí que, los ítems que guardan relación sirven para comprender el fenó- meno de la percepción de inseguridad, pero no influyen significativamente en el incremento o decre- mento de dicha problemática social.

 

En ese sentido, es importante señalar que los resultados solo indicaron correlación entre la variable independiente con la variable dependiente, sin embargo, no origina o explica el comporta- miento de la otra. Cabe precisar que no fue factible aplicar pruebas de causalidad, pues la distribu- ción de los datos no fue normal y las variables eran de tipo nominal y ordinal.

 

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